Claro, algunas tarántulas son enormes, pero este antiguo grupo de arañas varía en tamaño: algunas tienen el tamaño de una moneda de veinticinco centavos con las patas extendidas y otras, como la tarántula Goliat que se alimenta de pájaros (que rara vez come pájaros) puede crecer hasta 4,75 pulgadas (12 centímetros) con una extensión de patas de hasta 11 pulgadas (28 centímetros). Eso es lo más grande que puede llegar a ser un arácnido, debido a sus pesados exoesqueletos y las limitaciones de sus sistemas respiratorios en la atmósfera actual, que es menos rica en oxígeno que aquella en la que evolucionaron sus antepasados.

La tarántula comedora de pájaros Goliat (Theraphosa blondi) puede crecer hasta 4,75 pulgadas (12 centímetros) con una envergadura de patas de hasta 11 pulgadas (28 centímetros).
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«Si nos fijamos en los artrópodos, especialmente los insectos y los arácnidos, alrededor de la época en que evolucionaron las tarántulas, hace al menos 300 millones de años durante el período Carbonífero, todos se estaban haciendo más grandes», dice la Dra. Rachael Alfaro, investigadora asociada en el Museo de Biología del Suroeste, división de Artrópodos. «Creo que el gran tamaño actual de las tarántulas se deriva de su condición ancestral de ser un arácnido de cuerpo más grande durante un tiempo en que sus presas también eran de mayor tamaño».
En la actualidad, las tarántulas se encuentran en todos los continentes excepto en la Antártida; algunas especies se encuentran a casi 15 000 pies (4572 metros) sobre el nivel del mar en los Andes, algunas en el interior de cuevas, otras en desiertos o selvas tropicales. Aparecen en llamativos colores y patrones, y son importantes desde el punto de vista ecológico, sirviendo como los principales depredadores de artrópodos en muchos ecosistemas.